domingo, 15 de enero de 2012

PREVENCIÓN ES LA MEJOR SOLUCIÓN

Os pongo a continuación un vídeo que me ha recomendado María, que se dedica a la enseñanza, después de leer un post anterior, y me comenta que lo utilizan mucho en educación primaria para detectar posibles casos de acoso, muchas gracias María por tu aportación.

sábado, 14 de enero de 2012

EL LADO OPUESTO

Este vídeo va dedicado a tanta gente que se preocupa por darle una educación a nuestros hijos dentro y fuera de las aulas, que luchan día a día por la calidad de la educación, y cómo no, a tantos niños, adolescentes y adultos que nada tienen que ver con estas prácticas violentas, que conviven con el respeto hacia los demás y hacia uno mismo.



viernes, 13 de enero de 2012

jueves, 12 de enero de 2012

Bonito vídeo para hacernos reflexionar...

NO TENGAS MIEDO, PIDE AYUDA

Anti-Bulling. Una web para atender en línea a las y los menores víctimas del acoso escolar.



El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid ha presentando esta web que es una Helpline o Línea de Ayuda, creada con el objetivo de prestar apoyo y orientación personalizada a todos aquellos niños y niñas y adolescentes que están sufriendo acoso en el entorno escolar, por parte de sus compañeros. Tras esta página se encuentra un equipo de psicólogos, con experiencia en el trabajo con menores a través de Internet, así como profesionales de la seguridad infantil.

miércoles, 11 de enero de 2012

LA EXPERIENCIA DE LA VIOLENCIA EN EL AULA

José Luis Jiménez Villanueva. 07.06.2006

Soy profesor de secundaria. Es patente la violencia cada vez mayor que se observa en muchas aulas, con agresiones a compañeros y faltas de respeto a los profesores. Me atrevo a aventurar unos cuantos factores que contribuyen a esa mayor agresividad.
1. El que de pequeños los alumnos sean considerados ‘los reyes de la casa’ y estén acostumbrados a que se satisfagan todos sus caprichos.
2. Los mayores no les exigimos el cuidado de las formas, que en sí tienen una gran función social de autodisciplina y respeto a los demás.
3. Ante cualquier conflicto, los padres tienden a justificar a sus hijos y a echarnos la culpa a los profesores.
Y las últimas leyes educativas, y muy especialmente la LOE, tampoco es que favorezcan

¿LEVANTAR LA MANO O AGACHAR LA CABEZA?

Una de las principales preocupaciones de los educadores en las instituciones escolares ha sido, y aún continúan siéndolo, las cuestiones relacionadas con la indisciplina escolar. Por eso, el profesorado ha dedicado mucho esfuerzo y energía para velar por el cumplimiento de unas normas, por el mantenimiento del orden, por hacerse respetar, etc. En definitiva, los profesores tratan de gozar de la autoridad suficiente para poder garantizar un buen funcionamiento del aula, poder controlar el comportamiento de sus alumnos y conseguir que éstos les obedezcan, preferiblemente de modo sumiso, “sin rechistar”. Probablemente nos equivoquemos, como proclama Puig Rovira (1997) al desear que nuestras aulas sean una balsa de aceite y todo se encuentre bajo control, pues la ausencia de conflicto puede ser señal de estancamiento e incluso regresión, ya que todo cambio implica necesariamente pasar por una situación de conflictividad.

Los teóricos de la educación reconocen que el modelo del docente autoritario en las aulas conlleva a una situación inadecuada para garantizar el buen aprendizaje y desarrollo personal, social y emotivo de los alumnos, pues “Los tradicionales esquemas de enseñanza, concebidos desde la perspectiva del docente, están saturados de relaciones autoritarias e inflexibles y descontextualizadas de los acontecimientos sociales, económicos y políticos.” (Uribe, Castañeda y Morales,1999, 22). A pesar de todo, son muchas las escuelas que todavía funcionan desde la pedagogía tradicional, manteniendo estos modelos obsoletos, anticuados para las características socio-culturales del presente, contribuyendo de este modo a generar en los escolares: descontento, desmotivación, aburrimiento, alejamiento de la realidad escolar, rebeldía, rechazo hacia las normas escolares, etc. todo esto depara a su vez en un aumento de las situaciones disruptivas y de violencia en la escuela.

En definitiva, la convivencia en las escuelas no es todo lo deseable que se quisiera y así lo ponen de manifiesto los datos derivados de las investigaciones sobre violencia escolar (Cerezo, 1997; Ortega,1994, Defensor del Pueblo, 1999; etc.). Realmente la escuela no es un lugar de encuentro donde se acoge, acepta y respeta al otro (al diferente), por el contrario, es un espacio delimitado por un muro en el que el alumno debe permanecer ocho horas diarias y en el que el profesor debe velar por el mantenimiento del orden y garantizar un modelo de enseñanza adecuado a los alumnos. Todo esto unido al abandono de los padres de sus obligaciones educativas con los hijos, la desmotivación de los alumnos y la excesiva burocratización de los centros escolares, están contribuyendo al deterioro de la convivencia en los centros, donde los insultos, las amenazas, las peleas, el rechazo, la marginación, etc. se están convirtiendo en algo habitual y común. Con este panorama de conflictividad, indisciplina y violencia escolar que se manifiestan cada vez más frecuentemente en los centros escolares españoles, sobretodo en los niveles de la Educación Secundaria Obligatoria, la vida escolar se vuelve incómoda para todos los miembros de la comunidad escolar y poco o nada adecuada para el buen desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje.